«Uno de los puntos más condicionantes a la hora de proyectar el edificio fue la existencia del campanario de la Iglesia. La solución escogida fue separarnos del edificio, para así respetar su importancia como símbolo del pueblo.»
Pequeño hotel rural en un entorno de montaña en el interior de Castellón. El hotel se ubica en la antigua Casa Abadía, de la cual se conservó la fachada de piedra, adecuándola a los nuevos usos. Cuenta en planta baja con zona de recepción, zona de lectura y restaurante; en planta primera y segunda con tres habitaciones cada una; y planta bajo cubierta en la que se ubica el spa, desde cuya terraza se tienen magníficas vistas de toda la zona, llegando a ver el mar en días claros.
La materialidad del edificio se ha pensado para realzar los materiales tradicionales del edificio original. Las fachadas son de piedra caliza con recercados de chapa de acero en las ventanas y con balcones tradicionales en algunas de ellas. En el interior se ha utilizado la textura de madera en los suelos, con un pavimento laminado contrastando con paredes de piedra caliza o pintadas en distintos tonos. Otro elemento muy singular del edificio es la escalera, ejecutada en hormigón visto en su cara inferior y con peldaños de madera y con una barandilla de barrotes de acero pintada en negro. El interiorismo se plantea como complemento a la parte arquitectónica, combinando con ésta y utilizando elementos acordes a su carácter rural para formar un conjunto armónico.