«Luz, volúmenes, espacios y paisaje.»
La casa se asienta sobre una parcela donde el césped se une con el green de un campo de golf. Los clientes deseaban conservar intacto el pinar que había en la parcela y disfrutar de las vistas hacia el campo de golf, pero, al mismo Tiempo, conseguir cierto grado de privacidad. Así que la vivienda se cierra respecto de la calle, abriéndose por el jardín, con vistas sobre el arbolado del golf.
El edificio se compone de una serie de volumetrías con distintos materiales, estas volumetrías acotan los espacios exteriores y estructuran la vivienda, creando una relación continua entre el exterior y el interior.
Hay tres materiales principales: el hormigón, que forma la gran caja que acoge el salón comedor, el volumen blanco, donde se ubican los dormitorios y el estudio, y las dos cajas de madera, que emergen asomándose tímidamente al paisaje.
En el interior, el comedor a doble altura y el salón acotan sus respectivas zonas a través de un juego geométrico definido por los elementos del mobiliario. Los elementos arquitectónicos –la chimenea negra, la estantería blanca, las superficies de cristal y madera- contribuyen a “suavizar” la rotundidad de la volumetría. En este sentido, los cuatro lucernarios del techo actúan como elementos esculturales para el salón, diseñados junto con los clientes, quienes tuvieron una actitud muy proactiva en todo el proceso del diseño.